Estoy aquí, día tras día. Pero para ti, solo una más. Sin importancia. Ni te percatas de que siempre estoy dispuesta a regalarte una sonrisa aunque no tenga ganas de hacerlo, de hacerte reír solo por saber que estás decaído, de saludarte e incordiarte cariñosamente. Siempre estoy ahí. Aunque tú no te das cuenta. No quieres darte cuenta porque estas más ocupado en quedar bien con esta o con aquella. Pero… ¿sabes una cosa? Sé que algún día me echarás de menos. Y entonces, ¿qué?