Estoy aquí, día tras día. Pero para ti, solo una más. Sin importancia. Ni te percatas de que siempre estoy dispuesta a regalarte una sonrisa aunque no tenga ganas de hacerlo, de hacerte reír solo por saber que estás decaído, de saludarte e incordiarte cariñosamente. Siempre estoy ahí. Aunque tú no te das cuenta. No quieres darte cuenta porque estas más ocupado en quedar bien con esta o con aquella. Pero… ¿sabes una cosa? Sé que algún día me echarás de menos. Y entonces, ¿qué?
domingo, 11 de septiembre de 2011
miércoles, 10 de agosto de 2011
Cosas que... no pasan
Después de tanto tiempo, vuelve a aparecer. Vuelve a aparecer y quiere verme. Ya empiezo a creer que se trata de alguna especie de broma, o un juego que no logro entender. Las cosas que empiezan como en las películas, nunca pueden acabar bien. Porque es imposible, las películas son, en gran parte, ficción. No existen. Y mucho menos, existe el hombre perfecto. Pero para mí él, lo es. Que en tanto tiempo no sepa nada de esa persona y de golpe y porrazo vuelva a saberlo todo, como si no hubiera pasado nada, ni tan siquiera una fracción de segundo. Aunque ambos sabemos que han pasado unos años y que las cosas han cambiado. Le digo y le repito que no me he olvidado de él, que le he echado de menos. Pero no me cree. No sé si lo hace para que yo me enfade y ponerme de los nervios o realmente lo piensa. La cuestión es que lo hace y a mí me crispa. También me recuerda una y otra vez la última conversación que tuvimos en la que yo prometí llamarle y no lo hice. Ni siquiera se el porqué, si me moría de ganas. El caso es que no lo hice y ahora todo ha cambiado. Él ha aparecido, sí, pero no ha aparecido solo, está acompañado por una chica con la que dice llevar algo más de dos años. Pero eso a mí me da igual. Me da igual porque no puedo dejarlo pasar de nuevo. Lo intentaré, al menos que por mi parte no quede. Porque, hace mucho tiempo, él mismo me dijo una frase que nunca olvidaré: El no ya lo tienes.
miércoles, 20 de julio de 2011
Sentimientos, siempre incontrolables
No diré que sonrío cada vez que le veo, ni que me enfado cuando no me presta toda su atención. Tampoco afirmaré que no puedo pasar un día sin hablar con él, ni que necesito saberlo todo (o casi todo). No me pongo celosa cuando me cuenta sus ligues, porque me da igual a quien meta en su cama, o en las camas que se meta él. Pero es absurdo negar lo evidente, porque me importa, quizás demasiado. Y miento cada vez que no lo admito. Que puede que no me importe con quien se acueste, pero sí me importa por quien sienta.
sábado, 11 de junio de 2011
Felicidad, algo que aparece cuando dejas de buscarlo
Hace dos días estaba preguntándome el porqué de las cosas. Hoy ni tan siquiera me apetece escribir, pero más adelante, cuando lea esta entrada, me gustará recordar que en el momento en que la escribí, estaba feliz. No hay ningún motivo, no hay un algo o un alguien. Es una sensación. Y punto.
miércoles, 8 de junio de 2011
La vida no es exactamente...una mierda
Tener siempre una sonrisa en la cara no es fácil. No cuando las cosas no van tan bien como querrías. No es que no quieras hacer algo, es que no puedes. Impotencia, decepción tal vez. No sé, pero sé que algo hay. Es un algo que está ahí y tú no sabes ni siquiera el porqué. Una parte de ti siempre te apoya y te dice adelante. Te anima a seguir, te auto convence de que eres capaz. Pero por otro lado, está esa parte que a gritos te pide que desistas. Una parte muy, muy pequeñita, que cada vez se hace más grande. Y tú te preguntas, ¿tan rápido cambia todo? Así, de un día para otro. Quizás ese algo llevaba escondidito ahí mucho tiempo, en silencio y observando y ahora tan solo te pregunta ¿Es esto lo que quieres?
miércoles, 1 de junio de 2011
¿Jugamos?
Empezó siendo un juego. Un juego de dos. Era un juego en el que tú ponías las reglas y yo me las saltaba. Me gustaba jugar. Nos gustaba jugar. Llegó un momento que de tanto jugar, lo aborrecí y quise incluir nuevas reglas para hacerlo más emocionante. Funcionó.
Ahora solo quiero dejar de jugar. Quiero que me cojas de la mano y la aprietes tan fuerte, que me sienta segura de caminar a tu lado. Quiero notar en tus abrazos calor. Que me mires a los ojos y realmente vea sentimiento en la mirada. Que me sonrías de verdad y no finjas hacerlo. Que me hagas saber que te hago falta. No pido un te quiero. Solo quiero oírte decir que soy importante para ti.
viernes, 27 de mayo de 2011
Pequeños detalles
Me gusta el chocolate. Ir a la playa. Una ducha de agua caliente. Notar la lluvia acariciándote el cuerpo, estar empapada y a pesar de ello, sentirme bien. Me gusta hablar, tirarme horas al telefono diciendo tonterias o simplemente, no diciendo nada. Adoro perder el sentido común de vez en cuando. Sonreir, o mejor dicho, reir a carcajada limpia. Ser incapaz de llevar una vida en la cual el deporte no sea esencial. Sentirme querida, no es agradable tener sensación de soledad. Enceder la radio justo en el momento que están poniendo tu cancion favorita. Olor a hierba recién cortada o a pino ardiente en pleno mes de agosto. Conocer gente nueva, aunque jamás me separaría de los viejos amigos, esos de toda la vida. Subirse a un columpio y balancearse tan fuerte que parezca que darás la vuelta, recordar tu infancia en un instante y acariciar la sensación de libertad durante tan solo unos segundos. Aguantar la mirada con algún desconocido e imaginarte lo que sucedería después si fueras una bella protagonista de una película de Hollywood. El primer beso. Llamadas inesperadas. Escuchar accidentalmente a alguien hablar bien de ti. Ser quien soy.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)