miércoles, 20 de julio de 2011

Sentimientos, siempre incontrolables

No diré que sonrío cada vez que le veo, ni que me enfado cuando no me presta toda su atención. Tampoco afirmaré que no puedo pasar un día sin hablar con él, ni que necesito saberlo todo (o casi todo). No me pongo celosa cuando me cuenta sus ligues, porque me da igual a quien meta en su cama, o en las camas que se meta él. Pero es absurdo negar lo evidente, porque me importa, quizás demasiado. Y miento cada vez que no lo admito. Que puede que no me importe con quien se acueste, pero sí me importa por quien sienta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario